Aunque la robótica y la inteligencia artificial están transformando rápidamente la forma en que trabajamos e interactuamos con las marcas y las empresas, no podemos olvidarnos que los robots son máquinas diseñadas para realizar tarea sespecíficas de manera eficiente y precisa. Aunque pueden ser programados para simular ciertas emociones o comportamientos humanos, esto no significa que realmente sientan o tengan emociones, como nosotros “los de carne y hueso”.
Partiendo de la vertiginosa implementación de robots en múltiples industrias, no es difícil imaginar un futuro en el que los jefes sean robots en lugar de seres humanos, incluso imaginar un presente: Tang Yu, es el nombre del robot humanoide nombrado CEO en 2022 por la empresa china desarrolladora de juegos en línea, NetDragonWebsoft, quien según un informe de Google Finance, logró, "gracias a su gestión", que el valor de la compañía aumentara un 10% después de seis meses de trabajo. No sé si calificar este logro de la humanidad como una genialidad o una locura de la cual aún desconocemos las nefastas consecuencias que podría traer en el futuro.
Ahora bien, ¿Qué harías si tu jefe fuera un robot?
En primer lugar, es importante recordar que los robots no tienen emociones ni sentimientos como nosotros los seres humanos. Esto significa que, aunque pueden ser programados para ser muy eficientes y precisos en la toma de decisiones, es posible que carezcan por siempre (ojalá así sea) de la empatía y la comprensión necesarias para entender nuestras necesidades y preocupaciones como personas, como empleados.
Por otro lado, los robots no tienen prejuicios o sesgos personales en la toma de decisiones, lo que podría resultar en una mayor objetividad en el lugar de trabajo, pero también significaría una deshumanización desmedida como resultó siendo a principios de este año el despido masivo de Google para el cual, se apoyaron en Inteligencia Artificial, para definir quienes debían irse de la compañía, lo cual desató múltiples protestas en redes sociales de quienes fueron despedidos y de otros tantos, que se quedaron con el dolor de perder a sus compañeros de trabajo y de la forma como fueron elegidos, pues según se dice, no participó ningún ser humano en dicha decisión.
Estos “jefe robotizados” también serían capaces de analizar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en análisis precisos, lo que podría resultar en una mayor eficiencia y productividad en la empresa. Sin embargo, la idea de tener un jefe robot también plantea preguntas sobre el papel de los empleados en el lugar de trabajo. ¿Seríamos reemplazados por robots en el futuro? ¿Cuál sería nuestro papel en la empresa si los robots tomaran todas las decisiones importantes?
Hay que tener en cuenta que, aunque los robots pueden ser programados para realizar múltiples tareas, todavía hay muchas habilidades y capacidades que solo pueden ser realizadas por seres humanos. Por ejemplo, la creatividad, la empatía y la resolución de problemas complejos todavía requieren habilidades humanas únicas.
Además, a medida que la robótica y la inteligencia artificial continúan avanzando, también surgen miles de nuevas oportunidades de empleo que dependen solo de nosotros y de cuánto invirtamos en nuestra formación y conocimiento para superar las brechas que este avance imparable pueda dejar a su paso.
Como siempre se ha dicho: "Los trabajos en los que se requieren funciones repetitivas serán los más afectados” y una de las regiones que muestran un mayor índice de vulnerabilidad antes los robots, y mayor riesgo de impacto en el trabajo, es China, país donde se encuentran instalados uno de cada tres máquinas de este tipo, lo que representa alrededor de una quinta parte del total de robots a nivel global. Y aunque esta corriente tomará un tiempo importante para impactar los países en vía de desarrollo como está sucediendo en el país asiático, debemos aprovechar este espacio de tiempo para prepararnos y preparar a nuestras organizaciones y colaboradores a enfrentar esta tendencia y esperar además que los empresarios y grupos económicos más influyentes tomen consciencia de las implicaciones que trae consigo la revolución industrial 4.0.
Por otro lado, la automatización generalmente ha impulsado una mayor creación de empleo de la que destruye, pero en los últimos años la tendencia ha creado una brecha de habilidades que deja sin oportunidades a muchos individuos. Según informe de Oxford Economics: "Los trabajos en entornos menos estructurados y que demandan compasión, creatividad o inteligencia social probablemente seguirán siendo llevados a cabo por los humanos en las próximas décadas".
No quiero ir en contravía de esta realidad, ni tampoco sonar pesimista, pero solo de nosotros, los seres humanos, dependerá hasta donde queramos dejar entrar esta transformación a nuestras vidas y organizaciones. De lo que si estoy seguro, es que prefiero un jefe real al cual pueda abrazar y sentir el palpitar de su corazón, en el cual pueda confiar mis sueños personales y profesionales, al cual pueda mirar a lo ojos y saber si me está hablando con la verdad, con el cual pueda salir a tomarme una cerveza, e incluso, un jefe que cometa errores como cualquiera de nosotros los reales.