Dicen que las palabras tienen el poder de cambiar nuestra perspectiva sobre algo o alguien y la forma asertiva de cómo usemos el lenguaje tiene un impacto incalculable en nuestra forma de interactuar como seres humanos.
En un mundo empresarial en constante evolución, los términos tradicionales con los cuales definimos roles, responsabilidades y jerarquías dentro de una organización pueden no reflejar adecuadamente la naturaleza cambiante del trabajo y las nuevas realidades de los entornos laborales.
Es aquí donde quiero explorar el concepto de renombrar los cargos corporativos, una propuesta enfocada en modernizar el lenguaje y alinear los títulos con las expectativas, propósito y valores de cada organización.
El lenguaje utilizado en los entornos de trabajo no es simplemente un conjunto de palabras; es un reflejo de cada cultura y la identidad de una organización.
Los títulos no solo comunican la función y el nivel de responsabilidad de una persona, sino que también influyen en la percepción que todos tengan sobre ella y qué tan lejana o cercana sea percibida por los colaboradores. También tienen un impacto en cómo son percibidos los empleados hacia arriba y hacia abajo al interior de cualquier organización y también hacia afuera, por los grupos de interés externos como clientes, aliados, proveedores e incluso sus familias y sociedad.
En los últimos años, hemos sido testigos de una tendencia hacia la reinvención de los títulos corporativos, en un esfuerzo por resignificar la naturaleza cambiante del trabajo y la cultura empresarial de cada compañía.
Un buen caso podría ser Alquería, empresa colombiana especializada en la producción de productos lácteos y referente en muchos temas de innovación, desarrollo de las personas y temas relacionados a su marca empleadora, la cual decidió hace unos años transformar las descripciones de sus cargos, empezando por su Presidente a quien ellos llaman Coordinador de Sueños.
Para muchos podría sonar muy romántico, pero para quienes están cerca de alguien que se preocupa por sus sueños, trasciende de un denominador jerárquico, muchas veces lejano, a un vínculo de fraternidad, cercanía y confianza, porque al final, el líder de cualquier organización, sin importar su tamaño, debe orquestar la posibilidad de hacer realidad los sueños de todas y cada una de las personas que hacen posible ese “sueño superior” llamado propósito.
Los cargos no deberían generar barreras ni distanciar a las personas como muchas veces pasa, al contrario, deberían derrumbar cualquier tipo de distanciamiento y convertirse en conectores. Esto me trae a la memoria la definición de “corbata” de un amigo a quien infortunadamente no veo hace años y quien tenía una mirada muy distinta sobre la vida y el mundo empresarial, él decía: “La corbata es un elemento que separa la cabeza del corazón”.
Utilizando su analogía, los cargos “rimbombantes” en vez unir corazones, separan razones, por el simple hecho de que muchos ni siquiera saben pronunciarlos y algunas veces ni entienden sus significados, solamente su posición de poder.
Te invito a hacer un pequeño ejercicio: pídele a personas de diferente áreas y niveles de tu compañía que te definan el concepto “Chief”, el cual hace parte de múltiples siglas como CEO, CFO, CMO y CTO, por mencionar algunas, o mejor aún, pídeles que escriban en un papel algunas de estas siglas abiertas. Estoy seguro que la mayoría no sabrá hacerlo.
No se trata de cambiar por cambiar dichos descriptores y seguramente muchas empresas ni se atreverán a hacerlo, pero de lo que sí estoy seguro es que sería un gran generador de confianza y cambios en la forma de interactuar de las personas, sin importar su rol. Además, debe ir en sintonía con el estilo cultural e identidad de cada organización.
Tres ejemplos para ilustrar mi idea:
· De "Gerente de Recursos Humanos" a "Estratega del Bienestar": Creo que reflejaría un enfoque más creativo y centrado en la calidad de vida de las personas, en lugar de simplemente en la gestión de recursos.
· De "Ingeniero de Desarrollo de Software" a "Innovador Tecno-Humano": Este destacaría un enfoque en la integración de la tecnología y la humanidad en lugar de simplemente en la programación y la codificación.
· De "Líder de Servicio al Cliente" a "Arquitecto de Experiencias": Su enfoque sería más en la excelencia y el diseño de las vivencias que tengan los clientes con la marca, en lugar de simplemente la resolución de problemas.
Para cerrar, algunos beneficios de “quitar la corbata” a los cargos:
· Refleja una cultura innovadora.
· Derrumba temores jerárquicos y acerca a los colaboradores
· Tiene el poder de atraer y retener talento por el simple hecho de hacerlo fácil y cercano.
· Mejora la percepción interna y externa de la empresa con relación a su estilo de liderazgo.
· Promueve la libertad de opinión, la interacción honesta y transparente entre las áreas y la diversidad y la inclusión.
Te invito a hacer el ejercicio tomando como herramientas las expectativas y objetivos estratégicos de tu compañía, su estilo cultural y las realidades de tu entorno laboral actual versus el que sueñas tener.
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