Las empresas hoy no solo se juegan su éxito a través de los productos o servicios que ofrecen y su poder de fidelizar a clientes, sino también por su capacidad de conquistar (atraer) y enamorar (retener) a los mejores talentos. Es ahí donde la marca empleadora se ha convertido en un factor determinante para lograrlo, y en este contexto, el liderazgo y la cultura organizacional juegan un papel fundamental.
Liderazgo: La Fuerza que Impulsa la Cultura
Un buen liderazgo es la plataforma sobre la que se construye una marca empleadora sólida. Los líderes son los principales responsables de definir y modelar la cultura de la organización. Ellos son los encargados de establecer y encarnar los valores, las expectativas y el comportamiento que se espera en todos los niveles de la empresa, a través de liderazgo ejemplar.
El rol del líder no solo se trata de tomar decisiones estratégicas, sino también de inspirar y motivar a sus colaboradores, crear un ambiente donde se valoren sus aportes y fomentar el compromiso entre sus equipos de trabajo.
De acuerdo con Gallup, el 70% de la variabilidad en el compromiso de las personas está directamente relacionado con la calidad del liderazgo. Un líder que sabe cómo conectar con su equipo, ofrecer feedback constructivo y reconocer los logros de su gente, no solo mejora la productividad, sino que también fortalece la imagen y reputación de la empresa, convirtiéndola en un lugar en donde muchos se sueñen trabajar.
Tu cultura es tu marca
La cultura organizacional es el alma de la marca; es ese conjunto de creencias, valores, actitudes y comportamientos, que movilizan e impulsan a todos los miembros de la empresa hacia el logro de unos objetivos comunes.
Una cultura sólida y alineada con los valores corporativos y el propósito no solo mejora la satisfacción de los empleados, sino que también puede ser un atractivo fundamental para futuros candidatos. Las empresas que promueven una cultura inclusiva, colaborativa y que fomente el bienestar, tienden a destacarse como empleadores deseados.
Según informe reciente de Great Place to Work, las empresas con una cultura positiva tienen un 50% más de probabilidades de fidelizar a sus colaboradores, lo que destaca la importancia de crear un entorno donde los colaboradores se sientan cómodos, respetados y valorados, para hacer posible 4 verbos accionadores: Ser, Estar, Aportar y Compartir, en los cuales hago énfasis en mi nueva conferencia “Identidad, Cultura & Personas”.
Una cultura organizacional sólida también impulsa la innovación, la creatividad y la cohesión de equipos, aspectos fundamentales para cualquier empresa que busque mantenerse competitiva en un mercado con una dinámica tan cambiante como la actual.
Liderazgo + Cultura = Éxito Sostenible
Cuando el liderazgo y la cultura están alineados, la marca empleadora florece. Los líderes actúan como ejemplos vivos de los valores de la empresa, y son los principales responsables de fomentar un ambiente que refleje esos principios.
Lograr esta sinergia, genera una experiencia de trabajo auténtica, donde los colaboradores no solo se sienten parte de la organización, sino que se convierten en embajadores de la misma.
Como me decía alguna vez la VP de Servicio en una fusión de 3 aerolíneas que me tocó vivir: “Para nosotros es clave que todos los líderes tengan en sus venas el ADN cultural que queremos promover como resultado de esta fusión y se conviertan así en nuestros embajadores. Aquellos que no se monten en esta nueva aeronave, los invitaremos a abordar otro vuelo”. Una de nuestras premisas en Heart es que los líderes deben convertirse en los principales “Emploencers” de la cultura (Empleados Influencers).
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